Estudiar es difícil en cualquier época del año. Sin embargo, los universitarios que tienen parciales en verano saben que prácticamente no existe nada peor. Uno intenta concentrarse en los libros y pronto se da cuenta de que comienzan a llegar los mensajes para ir a la piscina de algún amigo o salir a dar una vueltas aprovechando las temperaturas. Todo parece conspirar en nuestra contra, pero aún quedan algunas opciones que tenemos a favor, y te las vamos a contar.
Primero que nada, por ejemplo, debes saber que lo importante en verano, al menos para poder estudiar de forma regular, es marcarse una rutina. Aquí es sumamente importante marcarse una rutina que tenga en consideración las asignaturas que se están cursando, y fijar horarios para cada una de ellas, que luego no deben ser quebrantados.
Otra cosa que resulta evidente, es que es más sencillo estudiar por la mañana en verano, ya que hace menos calor y si se madruga, puede aprovecharse aún un par de horas para el ocio a mediodía. Aunque hayas salido la noche anterior, no hay excusa para no estar cerca de las diez de la mañana en torno a los libros.
Un error común que cometen los estudiantes en esta etapa del año, es dejar que pase una buena parte del verano, y a partir de ahora querer estudiar todo lo que no han repasado antes. Eso es prácticamente imposible, como también resulta muy difícil intentar retener algún concepto si no se tiene todo el material ordenado como es debido.
Alejar las posibles distracciones, como el ordenador o el smartphone, también es sumamente importante en este sentido. Además, el sitio donde estudies también determinará tu éxito, ya que no es lo mismo hacerlo en un sitio silencioso, bien iluminado y en el que no haga excesivo calor, que al lado de la piscina, donde seguramente todo te distraerá.