Si eres un amante de la cocina, y así sea que sólo te defiendas en ella, sabrás que la cebolla es un ingrediente infaltable en muchas de las más sabrosas preparaciones gastronómicas. El único problema es que cortar o picar las cebollas hacen que nos volvamos unas niñas llorando, y eso no queda demasiado bien ni es agradable de vivir cada vez que cocinamos, por lo que te enseñamos algunos interesantes trucos al respecto.
Lo primero que debes saber en este sentido, es que la culpable de la irritación ocular que origina el lagrimeo es la alinasa, una sustancia que se desprende al cortar la cebolla. Por este motivo, el secreto para no lagrimear no está directamente en los ojos, sino en las fosas nasales, y allí donde debemos hacer hincapié para evitar lagrimear.
Por ejemplo, uno de los primeros trucos que debemos tener en cuenta en este sentido, está relacionado con poner las cebollas en el freezer una hora antes de cortarlas. Al estar frías, el gas es menos volátil y es menos probable que llegue a nuestras fosas nasales. Además, si pones una vela cerca lograrás disiparlo, y de seguro llorarás menos.
Por otro lado, es muy importante en este sentido considerar la necesidad de contar con un cuchillo afilado, el cual nos permita tener la chance de hacer un corte más preciso, y que desprenda una menor cantidad de gas. Si no te importa demasiado y vas a hacer una ensalada, por ejemplo, también hay quienes agregan un poco de vinagre al cuchillo para evitar los olores de la cebolla.
Sin embargo, los especialistas en cocina explican que lo mejor que se puede hacer es poner el rostro bien lejos de la zona donde estamos cortando la cebolla, ya que sus gases se emanan de forma vertical prácticamente, y no nos afectarán si no estamos directamente en su camino.